“(El) Psicoanálisis se trata de una comunicación subjetiva[...]la figura más similar es la confesión.” - Ana Teresa Torres.
El Psicoanálisis no es Psicología. El Psicoanálisis no es Ciencia. Cualquier intento de aproximación que se haya intentado a lo largo de la historia para acercar a esta psicoterapia al método científico, y a la psicología científica en general, ha fracasado estrepitosamente. El psicoanálisis es un movimiento intelectual iniciado por Sigmund Freud, un médico checo residente en Austria, a principios del siglo XX que pretendía servir como medio para curar las enfermedades mentales de la época, muchas de ellas mal diagnosticadas y peor tratadas.
Como movimiento inicial de aproximación hacia un enfoque enteramente psicológico, ajeno por primera vez a los pesares del alma que era dominio absoluto de la religión imperante hasta ese momento, podemos decir que el psicoanálisis fue indispensable en la fundamentación de la psicología como una nueva disciplina de estudio, diferente de la medicina y la filosofía. Este mérito, el de ser el primer intento de creación de un marco teórico en el que encuadrar las enfermedades mentales y la explicación sistemática de las psique humana, es suficiente para que Freud y su psicoanálisis entren por la puerta grande en la historia de la psicología con el mayor de los respetos por mi parte.
Sin embargo, a día de hoy, al igual que el uso de las sanguijuelas en la medicina moderna o la frenología en la psicología actual, esta corriente debe quedar en lo que es, una proto-teoría del todo en el mundo de la psicología, una propuesta que hizo avanzar una ciencia hasta entonces desconocida, que la hizo popular y la separó del misticismo y el ostracismo en el que se encontraba hasta entonces, desmembrada en distintas ramas como la medicina, la fisiología, la filosofía, la etiología, etc. Pasaba entonces a convertirse en un núcleo que aglutinaba un gran número de diferentes saberes provenientes de diferentes ramas de la ciencia para formar una nueva vía de investigación.
Para empezar, el psicoanálisis no se basa en el método científico, no tiene ninguna base empírica demostrable ni sustrae sus principios de la observación sistemática y el meticuloso análisis objetivo de la práctica clínica. Los principios psicoanalíticos están basados en las propias vivencias subjetivas de Freud, en un análisis retrospectivo de su psique y las interpretaciones que el infería de los problemas de sus pacientes, además de beber en gran medida de las enseñanzas, igual de subjetivas y cuestionables, de su mentor, Charcot. A partir de este conglomerado de datos sin contrastar y experiencias previas, creó un marco “teórico” basado, prácticamente, en las pulsiones sexuales que el doctor atribuía a sus pacientes. Además, toda la investigación psicoanalítica posterior, aunque inspirada por la clínica tal y como ellos la concebían, se sustenta sobre los mismos principios freudianos, provocando que las conclusiones sean igual de subjetivas y faltas de empirismo, además de infalseables.
Por lo tanto, ¿qué es el psicoanálisis sino una teoría psicológica?
Pues bien, atendiendo a la forma en la que se razonan los supuestos psicoanalíticos podríamos entender este movimiento más como una vía filosófica que científica. Puesto que la forma de proceder es la introspección, es decir, el estudio de uno mismo, de la subjetividad intrínseca de la persona, y la razón pura como herramienta única e indispensable para llegar a los traumas inconscientes del paciente, el proceder de esta corriente se siente más como la forma de trabajar de un filósofo que la de un psicólogo científico, con la única diferencia de que en este proceso no opera la lógica como putno de partida, sino lo subjetivo.
Es más, estos principios psicoanalíticos, extraídos de la imaginación e intuición de Freud, estarían más apegados al pensamiento mágico propio de las religiones y el misticismo que de las ciencias del saber en sí. ¿Dónde están las evidencias contrastadas sobre los beneficios terapéuticos de la terapia psicoanalítica? ¿Cuáles son los estudios serios que corroboran que ahondar en los traumas del inconsciente y una terapia de años, y tremendamente costosa, consigue resultados satisfactorios? ¿Donde la investigación sistemática sobre la que se sustentan sus principios sobre las pulsiones sexuales? La filosofía, al menos, dispone de un método de desarrollo. La propia metafísica se basa en la razón y en la lógica proposicional, pero, ¿sobre qué base se sustenta el psicoanálisis?
Existen diferentes trabajos que avalan la nula utilidad de esta corriente y los perjuicios que pueden causar en los mismos pacientes que intenta curar (más información aquí, aquí o aquí). Se ha descubierto que el indagar en los supuestos traumas reprimidos, ahondar en los hechos patológicos en lugar de hacer hincapié en las soluciones, regodearse en lo negativo en lugar de lo positivo y dar más importancia al problema en sí que a la solución y la nueva construcción de una psique que sea capaz de adaptarse y resolver las situaciones en las que se ve envuelta (resiliencia), suele ser más perjudicial que beneficiosa en el tratamiento de una patología.
Y esto es lo que hace este tipo de terapias, ahondar, porque sí, en el pasado en lugar de fomentar la obtención de herramientas psicológicas necesarias para la mejora de los clientes, utilizar técnicas sin ningún tipo de contraste metodológico, extender una relación terapeuta paciente más allá de lo necesario y fomentar, muchas veces bajo el título incorrecto de la psicología, una corriente dogmática que debes creer tan solo por el argumento de autoridad de una figura como Sigmund Freud (aquí porque no hay que seguir a piés juntillas este tipo de argumento). Buscad un psicólogo de confianza, que no utilice métodos místicos, sino científicos con una eficacia ampliamente demostrada, y que se apegue a los supuestos de la psicología científica actual.
El psicoanálisis fue un movimiento fundamental en los inicios de una nueva ciencia y en la importancia de trasladar el foco de atención hacia la importancia de la mente en la salud de las personas, pero una vez superadas sus limitaciones, una vez aceptado que el metodo utilizado para su creación no era el más adecuado para alcanzar verdades contrastables, demostrables e incontestables, debemos avanzar y hacia unos supuestos enteramente científicos que pongan la psicología al nivel de todas las demás ciencias y la combierta en una herramienta verdaderamente útil para la sociedad.
Sin embargo, a día de hoy, al igual que el uso de las sanguijuelas en la medicina moderna o la frenología en la psicología actual, esta corriente debe quedar en lo que es, una proto-teoría del todo en el mundo de la psicología, una propuesta que hizo avanzar una ciencia hasta entonces desconocida, que la hizo popular y la separó del misticismo y el ostracismo en el que se encontraba hasta entonces, desmembrada en distintas ramas como la medicina, la fisiología, la filosofía, la etiología, etc. Pasaba entonces a convertirse en un núcleo que aglutinaba un gran número de diferentes saberes provenientes de diferentes ramas de la ciencia para formar una nueva vía de investigación.
Para empezar, el psicoanálisis no se basa en el método científico, no tiene ninguna base empírica demostrable ni sustrae sus principios de la observación sistemática y el meticuloso análisis objetivo de la práctica clínica. Los principios psicoanalíticos están basados en las propias vivencias subjetivas de Freud, en un análisis retrospectivo de su psique y las interpretaciones que el infería de los problemas de sus pacientes, además de beber en gran medida de las enseñanzas, igual de subjetivas y cuestionables, de su mentor, Charcot. A partir de este conglomerado de datos sin contrastar y experiencias previas, creó un marco “teórico” basado, prácticamente, en las pulsiones sexuales que el doctor atribuía a sus pacientes. Además, toda la investigación psicoanalítica posterior, aunque inspirada por la clínica tal y como ellos la concebían, se sustenta sobre los mismos principios freudianos, provocando que las conclusiones sean igual de subjetivas y faltas de empirismo, además de infalseables.
Por lo tanto, ¿qué es el psicoanálisis sino una teoría psicológica?
Pues bien, atendiendo a la forma en la que se razonan los supuestos psicoanalíticos podríamos entender este movimiento más como una vía filosófica que científica. Puesto que la forma de proceder es la introspección, es decir, el estudio de uno mismo, de la subjetividad intrínseca de la persona, y la razón pura como herramienta única e indispensable para llegar a los traumas inconscientes del paciente, el proceder de esta corriente se siente más como la forma de trabajar de un filósofo que la de un psicólogo científico, con la única diferencia de que en este proceso no opera la lógica como putno de partida, sino lo subjetivo.
Es más, estos principios psicoanalíticos, extraídos de la imaginación e intuición de Freud, estarían más apegados al pensamiento mágico propio de las religiones y el misticismo que de las ciencias del saber en sí. ¿Dónde están las evidencias contrastadas sobre los beneficios terapéuticos de la terapia psicoanalítica? ¿Cuáles son los estudios serios que corroboran que ahondar en los traumas del inconsciente y una terapia de años, y tremendamente costosa, consigue resultados satisfactorios? ¿Donde la investigación sistemática sobre la que se sustentan sus principios sobre las pulsiones sexuales? La filosofía, al menos, dispone de un método de desarrollo. La propia metafísica se basa en la razón y en la lógica proposicional, pero, ¿sobre qué base se sustenta el psicoanálisis?
Existen diferentes trabajos que avalan la nula utilidad de esta corriente y los perjuicios que pueden causar en los mismos pacientes que intenta curar (más información aquí, aquí o aquí). Se ha descubierto que el indagar en los supuestos traumas reprimidos, ahondar en los hechos patológicos en lugar de hacer hincapié en las soluciones, regodearse en lo negativo en lugar de lo positivo y dar más importancia al problema en sí que a la solución y la nueva construcción de una psique que sea capaz de adaptarse y resolver las situaciones en las que se ve envuelta (resiliencia), suele ser más perjudicial que beneficiosa en el tratamiento de una patología.
Y esto es lo que hace este tipo de terapias, ahondar, porque sí, en el pasado en lugar de fomentar la obtención de herramientas psicológicas necesarias para la mejora de los clientes, utilizar técnicas sin ningún tipo de contraste metodológico, extender una relación terapeuta paciente más allá de lo necesario y fomentar, muchas veces bajo el título incorrecto de la psicología, una corriente dogmática que debes creer tan solo por el argumento de autoridad de una figura como Sigmund Freud (aquí porque no hay que seguir a piés juntillas este tipo de argumento). Buscad un psicólogo de confianza, que no utilice métodos místicos, sino científicos con una eficacia ampliamente demostrada, y que se apegue a los supuestos de la psicología científica actual.
El psicoanálisis fue un movimiento fundamental en los inicios de una nueva ciencia y en la importancia de trasladar el foco de atención hacia la importancia de la mente en la salud de las personas, pero una vez superadas sus limitaciones, una vez aceptado que el metodo utilizado para su creación no era el más adecuado para alcanzar verdades contrastables, demostrables e incontestables, debemos avanzar y hacia unos supuestos enteramente científicos que pongan la psicología al nivel de todas las demás ciencias y la combierta en una herramienta verdaderamente útil para la sociedad.
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